…volviendo a la película esta es una de las escenas más impactantes, perfectamente interpretada por Michael Peña, su primer huelga de hambre. En 1968, Cesar decidió dejar de comer hasta que todos los campesinos renunciaran al uso de la violencia durante el sonado boicot de las uvas.
“They are attacking and destroying our families, it’s for you to not eat grapes,” dijo Cesar Chavez.
“Un ayuno es primeramente para la purificación de su mente, su alma, su cuerpo. Un ayuno es también una oración de su corazón para purificación, las fuerzas para continuar trabajando con los campesinos en este movimiento.” dijo Monseñor John Moretta.
Veinticinco días sin probar bocado. Tan solo pequeños sorbos de agua, la gente no se lo creía.
“El campo agrícola se transformó. Es como católicos llegando a Lourdes. Llegaban los trabajadores y los organizadores de por todo el país.” dijo un caballero del Centro Santa Rita.
Lo que hasta entonces había sido una lucha política se tornó muy mística.
“Encontró a un sacerdote que se llamaba Donald McDonald quien durante todos sus años hasta su muerte era su guía, y él introdujo a Cesar Chávez a la vida de San Francisco de Asís y también la filosofía de Gandhi,” dijo Monseñor Moretta.
“Yo no creo que en toda su vida tuvo una corbata, nunca fue dueño de un carro. Era una persona tan humilde, sinceramente humilde, pero al mismo tiempo era una persona que tenía una energía y un enfoque que era espantoso a veces,” dijo un caballero del Centro Santa Rita.
Era 1972 tras la derrota frente al gobernador de Arizona, cuando Cesar se encierra en este cuartito del Centro Santa Rita en Phoenix y se embarca en su segunda gran huelga de hambre, para el otro ayuno que lo acercaría más a Dios.
“Casi se muere en esta. Lo llevaron de aquí al hospital los doctores considerando que era posible que se iba a morir. Obviamente no murió, pero quedó muy delicado,” dijo un caballero del Centro Santa Rita
Su tercer gran ayuno fue mucho más tarde, en el año 1988 y mucho más largo, 36 días, un reto extremo al cuerpo humano.
“Después de las 72 horas, empiezan cambios mucho más serios, porque nuestro cuerpo empieza a buscar energía de lugares como el musculo y la grasa, y toma toda la azúcar que puede, todas las sustancias que puede, para mantener sobre todo el cerebro y el corazón… porque ese tipo de sufrimiento después de las 72 horas y a medida que van pasando los días, es tremendo, es una tormenta, es como que nuestro cuerpo se canibaliza a sí mismo. Nos comemos a nosotros mismos.” dijo el Dr. Daniel Dunkelman.
Para el Monseñor Moretta, sus sacrificios lo elevaban a categoría de mártir, aunque suene controversial.
“Yo no soy solo, no soy la única persona que piensa así,” dijo Monseñor Moretta.
Y de ahí surge la idea de que algún día a Cesar lo dejen de ver como héroe político y lo consideren santo. “Cuando el murió, mi primera reacción fue que se debería iniciar un proceso de canonización por mi propia experiencia, estudio de su vida, yo creo que él tiene las cualificaciones de un hombre que es un santo,” dijo Monseñor Moretta.
Cesar sindicalista, o Cesar mártir: la iglesia y el tiempo decidirán.
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